Busca en ese portal

martes, 6 de marzo de 2012

La auténtica historia de Preah Koh y Preah Kaeu

Esta es la verdadera historia de Preah Koh y Preah Kaeu, inscrita en el alma del pueblo jemer y recontada de generación en generación hasta que ambos hermanos regresen a su tierra natal y Camboya recupera su antigua gloria.


Hace mucho tiempo, vivió una feliz pareja de campesinos en el antiguo reino jemer. Una noche, la esposa tuvo un sueño en el cual vio a un anacoreta vestido en túnica blanca. El santo hombre le dio tres anillos, pero la mujer, en el sueño, los perdió. Al reencontrarse con el hombre, este le explicó que los tres anillos representan tres virtudes, pero no le dijo más y despertó.
Intrigada con el sueño, la mujer buscó a su marido y le contó todo. Entonces el hombre salió de su casa y fue a buscar a un sabio, achá, para que le ayudara a descifrar el sueño de su mujer. 


El sabio de la aldea le dijo que el sueño significaba que su mujer estaba en cinta y que el bebé que llevaba en su vientre poseía un gran poder espiritual y muchas virtudes. El achá le ordenó además que la mujer no debía comer mangos verdes por nada del mundo.

A pesar de que el hombre le ordenó a su mujer que comiera de todo lo que deseara, menos de los mangos verdes, esta no le hizo caso y en cuanto el hombre se fue al arrozal a trabajar, hizo una recolección de dicha fruta y se dio a comer con toda delicia sin olvidar ponerle sal y limón. Como si estuviera poseída por la gula, se comió todos los mangos que primero recogió y una vez terminados sintió un deseo enorme de comer más, así que se subió al palo de mango y tomó los que más pudo. Pero cuando estaba sobre el árbol, vio que había un mango grande, verde y hermoso colgado de una rama que se alejaba del tronco principal y se precipitaba en el vacío. Ella no podía entender el riesgo que corría y se aventuró sobre la rama, la cual se dobló por su peso y, mujer y mango, cayeron por tierra.

La mujer murió al instante, pero he aquí que su vientre se abrió y aquí que dos criaturas salieron de este: un bebé hermoso que parecía hijo de reyes y un ternerito, el cual salió primero, siendo pues hermano mayor del humano. 

Cuando el hombre regresó a la casa, quedó pasmado del escenario. A pesar del terror por la pérdida de su mujer, el hombre tomó al bebé y al ternero, el cual para su sorpresa podía hablar y lo llamaba papá y le dijo que el niño llevaba por nombre Preah Kaeu y que él era Preah Koh.

Bien pronto la noticia se regó por toda la provincia. Cuando los campesinos vieron al niño y a su hermano mayor, el ternero, llegaron a la conclusión que todo ese escenario debía ser una señal de mala fortuna para todos y le exigieron al hombre abandonar la región lo más pronto posible con sus misteriosos hijos. A pesar de los ruegos del buen hombre, los vecinos amenazaron con lincharlo, razón por la cual tuvo que huir sin poder hacer las últimas ceremonias a su mujer muerte y sin poder tomar nada de la casa.

Como un mendigo con dos niños en los brazos, el padre caminó kilómetros sin encontrar amabilidad de nadie. Entonces se sentó debajo de un árbol a llorar y suplicó a los cielos que le quitaran la vida, pero no sin antes dejar a sus hijos en buena fortuna. Entonces Preah Koh se acercó a su padre y abriendo la boca vomitó varias monedas de oro en su mano. Sin que su padre no pudiera creerlo, volvió a abrir la boca y de ella salieron deliciosas viandas para alimentarlos. 

Estaban cenando allí, en medio del campo, cuando unos muchachos campesinos notaron el evento y corrieron a decírselo a sus padres en la aldea cercana. Los campesinos se reunieron y planearon capturar a Preah Koh para abrir su vientre y tomar todas las riquezas que allí guardaba. Cuando Preah Koh se enteró de ello, le dijo a su padre que era tiempo de despedirse, porque él, Preah Koh, tenía la misión de proteger a Preah Kaeu. Su padre, comprendiendo lo que ello significaba, los abrazó por última vez y Preah Koh ordenó a Preah Kaeu agarrar su cola. Fue entonces cuando comenzó a volar y se perdieron en el horizonte, mientras su padre se quedaba allí para no verlo nunca más.

Los dos tomaron refugio en las selvas en donde crecieron fuertes y sanos, conociendo todos los secretos de la naturaleza y de los hombres. Preah Kaeu llegó a ser un joven fuerte y atractivo. 

Un día entró sin saber en una propiedad del rey en donde había un arroyo preparado de tal manera que la princesa pudiera tomarse un baño cuando quisiera. Sucedió que el joven Preah Kaeu la sorprendió en esas y quedó prendado de su belleza. La princesa se llamaba Neang Pau. Preah Kaeu fue a decirle a su hermano que era difícil cortejar a la hija del rey porque ellos eran gente de la selva, sin posesiones ni estatus. 

Preah Kaeu logró entablar amistad con la hija del rey, pero sus hermanas, al enterarse, fueron a contarle a su padre que la muchacha jugueteaba con un hombre de la selva de manera impúdica. El rey, que era bastante celoso de sus hijas, se tomó la historia en serio y ordenó la ejecución de su propia hija por escándalo. 

Neang Pau fue decapitada en las afueras del palacio y su cuerpo abandonado a las fieras. Entonces Indra, el padre de todos los dioses, sintió compasión de la suerte de la muchacha y le regresó su cabeza para después regresarle su aliento de vida. La muchacha, recuperada, divaga por la selva, cuando es vista por Preah Koh, el cual le concede hermosas vestiduras. 

Neang Pau y Preah Kaeu celebran un matrimonio en medio de la jungla. 

Espere la segunda parte en donde llegan los tailandeses...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Very good the Blok, the stories I find interesting especially the Preah Koh and Kaeu Prah, I'll be waiting below